El segundo largo es más trabajoso de lo que aparenta. El V de entrada a los puentes de roca ya te prepara para lo que es la vía. El A1, de los de estirarse.
El largo 5 es el clave. Salir de la reunión en travesía viendo lo aéreo del tramo te pone los pelos de punta. El problema está en que falta un clavo en el tramo de artificial. Esto nos supuso una pérdida de tiempo y de fuerzas tremenda. menos mal que Paco es incombustible y tiene un coco de acero. Los pasos que hay que forzar en libre después, agüita con ellos. La uña puede ser de gran ayuda en este tramo.
El largo 7 también tiene su miga, el primer espit, de mírame y no me toques. Menos mal que en seguida entra un friend del 0.5 a cañón. Pero después del último clavo también hay un pasete exigente, que Paco resolvió con la maestría que le caracteriza.
El largo 8, la Travesía, es espectacular pero sencillo. Lo malo es que la noche apremia.
El último largo, con los frontales fui curioso por la sensación. Había incertidumbre y la cumbre supo a gloria, no teníamos que vivaquear. El descenso fue otra historia...
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