Así que dicho y hecho. La opción más fácil debido a los permisos para navegar por el Ebro es alquilar los kayaks en una empresa que ya incluyen el permiso de navegación.
Nosotros alquilamos con Rogles. Los precios son muy buenos (20 euros por día) y los kayaks pese al aspecto de "curraos" han funcionado muy bien. Son muy aquillados con lo cual mantienen fácilmente la dirección y son muy estables, lo que nos vino muy bien para bajar el azud de Ascó por el nuevo "tobogán".
En cuanto a los kayaks sólo tuvimos una pega. A uno de los kayaks se le despegó un arreglo de polietileno en la quilla de popa. Debimos hacerle un roce al entrar desde el embarcadero de Amposta y empezó a entrar algo de agua. Como olvidé la cinta americana (grave error) le pusimos pegada la matrícula, y con eso fue suficiente para poder terminar y llegar al final del delta del Ebro. Pero cuando entregamos los kayaks vino la discusión sobre si había ocurrido por maltrato de material, y que como consecuencia, teníamos que pagar con la fianza el roce(que es de 100 euros). Hablando con los encargados la discusión se puso un tanto tensa porque el arreglo que se había despegado era una chapuza (polietileno totalmente diferente que no había pegado bien, y se apreciaba perfectamente las grietas de la supuesta soldadura). Si no nos hubiera pasado a nosotros les habría pasado a los siguientes clientes. En otro kayak también había un arreglo pero se notaba claramente que era un arreglo bien hecho, con polietileno exactamente igual que hacía muy difícil averiguar si era arreglo o el original. Al final todo se solucionó. pero la conclusión a la que llegamos es que cuando contratéis los kayaks observad muy bien los desperfectos y si veis uno y la travesía va a ser larga que os den otro kayak y así evitaréis problemas. Por lo demás la agencia estuvo atenta durante toda la travesía y nos mantuvo informados de cuanto le preguntamos.
Otra cosa a tener en cuenta es que los tambuchos son de boca pequeña, y si lleváis bolsas estancas hay que pelear mucho para meter los trastos. Creo que para estos kayaks nos habría venido muy bien llevar bolsas de basura gigantes que las metes dentro de los tambuchos, y así una vez has metido todos los enseres le haces un nudo y a correr, así aprovechas todo el espacio y es muy cómodo.
La travesía
La empresa nos dejó los kayaks y toda la información en fichas, nos explicó algunos detalles de la ruta, y nos llevó hasta el comienzo del meandro de Flix que es donde queríamos que fuera el inicio.
Dormimos allí, desde donde se accede muy bien al río. El único problema es que la depuradora está encima pero no había olores.
Aquí dormimos, en Flix, al inicio el meandro.
Salida muy cómoda para comenzar la travesía
Con 500 metros cúbicos el río te ayuda muchísimo a bajar y en 30 minutos de paleo tranquilo estábamos terminando el meandro.
Al poco se llega a Ascó y te encuentras el primer obstáculo que es el azud de Ascó. En abril de 2018 que es cuando lo hemos bajado y con 500 metros cúbicos, el tobogán que han hecho facilita mucho superar este obstáculo, pero cuidadín con los que no tengan experiencia porque es fácil volcar. La corriente te empuja hacia la izquierda donde se forma una ola grande y si no estás remando con fuerza te puedes llevar un susto.
Si no se tiene claro se puede bajar antes y portear, aunque cómodo de hacer no parece que sea con este caudal.
Ascó
Los horarios debido a la corriente se acortaban notablemente y a la hora de comer estábamos en Miravet donde nos permitimos un buen menú de las tres BBB y con los kayaks prácticamente a la vista.
Y llegamos al otro obstáculo de la jornada, el azud de Xerta. En teoría este azud te lo abren por una esclusa y es gratuito. Sólo tienes que llamar al teléfono de la esclusa 977473158 y te darán las instrucciones. A nosotros nos dijo que no podía abrirnos la esclusa por el 155, en fin prefiero no decir nada...
Para solucionarlo, habíamos visto con el google earth una salida por la izquierda (bajando a la izquierda). es muy cómoda para bajar (son las fotos de arriba). Para situarse, hay que ir pegado a la orilla izquierda, oyendo el estruendo del azud (que asusta por el ruido pero nada más), y cuando se pasa junto a unas antiguas ruinas deuna cementera o algo así, unos 500 ó 600 metros más adelante sale el camino de la foto. Aquí nos bajamos y viene un porteo de unos 500 metros, Atravesamos el canal y llegamos a una playa de piedrecillas junto al Ebro y en en este lugar pernoctamos.
Evidentemente los lugares donde se duerme se hacen en función de lo que se esté dispuesto a avanzar, del viento, de la corriente. La empresa te lo puede organizar con alojamientos y lugares de custodia para los kayaks, y hacer el descenso en cuatro días remando unas pocas horas al día. Esto es a gusto del cliente. Nosotros sólo contratamos los kayaks y el regreso hasta Flix.
Sin mosquitos, al igual que el primer día, dormimos plácidamente, aunque el azud se oye constantemente. El cielo estuvo espectacularmente nítido esa noche.
Sobre las 11 llegamos a Tortosa, compramos agua y algo de comida y nos fuimos con la idea de comer a Amposta
En Amposta repusimos fuerza con una buena comida esta vez a base de bocatas y demás para poder estar al lado de los kayaks, Junto al club náutico hay una buena zona para comer. El embarcadero es muy cómodo para desembarcar.
Poco después empecé a notar que me mojaba las piernas, hasta que noté que cuando inclinaba para torcer el kayak también me mojaba el culo. Tuvimos que parar porque se me hacía muy pesado remar con el acúmulo de agua. Vimos por dónde entraba el agua y cuando busqué la cinta americana, la Ley de Murphy, me la había dejado en casa y no la llevaba en el estanco que suelo llevar con herramientas básicas para travesías. Se nos ocurrió utilizar la matrícula, y funcionó hasta al menos para alcanzar la isla de Buda, que era hasta donde teníamos pensado llegar, a 2.5 km del puerto de Deltebre
La lluvia nos acompañó en el atardecer
Dormimos justo enfrente del embarcadero de la isla de Buda, porque en la isla no se puede dormir porque es parque natural.
Aquí, que ya es delta del Ebro, a 2 ó 3 km de terminar la ruta tuvimos comité de recepción y bienvenida, centenares de mosquitos hambrientos. Menos mal que llevábamos el antimosquitos a mano. Tienda montada rápidamente y a protegerse del infierno.
Al día siguiente sólo quedaba una distancia corta hasta el club náutico de Riumar en el Port de Deltebre donde dimos por terminada la ruta. Ir a asomarse y desembarcar en e mar no tenía sentido (marcaban olas de 140 a 160).
Ya en el puerto, al abrigo del viento y del oleaje que se había formado en el Ebro.
En resumen travesía totalmente recomendable, y que permite muchos formatos al gusto de cada cual. Eso sí los horarios dependen mucho del caudal. Nosotros la hicimos en dos días, sin prisas pero con las pausas típicas de los descansos y de las cervezas. Tampoco nos podíamos dormir mucho por el tiempo que se avecinaba y que de hecho apareció en la mañana del tercer día y que podíamos haber evitado durmiendo en el puerto, pero pensamos que era mejor parar antes para estar más tranquilos.
La empresa nos recogió puntualmente y volvimos a Flix a recoger el coche y vuelta a casa.
la vuelta costaba 100 euros. En un bar de carretera que ya conocíamos de ir al Pirineo a hacer montaña nos dimos un merecido menú, y hasta la próxima que esperemos que sea pronto.
1 comentarios:
Ahora sí que recortariamos tiempos. Va a tope el Ebro.
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