
Éste es el último de los cañones que nos quedaba en el tintero. Está situado cerca del cañón de Añisclo. Su aproximación es corta y el regreso bastante empinado.

Rápidamente se entra en el cañón, oscuro, con sensación de estar haciendo espeleo

Las aguas se enturbian debido a una cantera que hay antes del cañón, una verdadera pena

Los toboganes, algunos de libro, se suceden con los estrechamientos


la fotografía es muy difícil salvo que se lleve una cámara con gran sensibilidad

¡Mejor no imaginarse estos tramos con un gran caudal!

La tropa en los constantes estrechamientos

El grupo al completo. Imagino que al año que viene repetirán

La vuelta en coche, al no poder bajar por la carretera del cañón de Añisclo, es larga, pero vale la pena.
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