Pues un dinerillo, ganas de descubrir cosas nuevas y sobretodo compañía que valga la pena y, como en nuestro caso, si a tu compi le gusta escalar para que mas...
Las mágicas gargantas de Inmiter nos ofrecieron una escalada con vistas exóticas y paz absoluta (nadie escaló por aquel lugar mientras estubimos)
Te da la sensación de estar en un sitio remoto. No había un horario establecido, tampoco habían prisas ni estrés. El tiempo se detubo y sólo podíamos disfrutarlo
Agarres vírgenes, libres de magnesio y con algo de tierra te rrecuerdan que no ha subido mucha gente.
Decidimos ir al desierto y viajar hasta tarde, pero el cohe quedó encallado en un río y, a pesar de que alguien se ofreció a ayudarnos no pudimos sacarlo y nos tocó pernoctar y esperar a ver si con la luz del sol alguien...
...efectivamente, alguien nos ayudó, aunque nos costara desechar una cuerda de escalada
Las dos ruedas delanteras pinchadas al cortarse la válbula con las piedras del río. Y, ahora qué?
Nos llevaron en camión al pueblo mas cercano no sin antes haber tenido problemas con las piedras sueltas del camino. Ahora nos tocaba ayudar.
Servicio inmediato en el taller.
Un té nos vendría bien para descansar, pues los acontecimientos sucedían uno tras otro.
El desierto fué la siguiente página. Dos días con camellos nos llevaron hasta el desierto negro en la misma frontera con Argelia.
Cómo puede vivir aquí la gente?
Al salir del desierto rumbo a las gargantas del Todra.
Thinerir. En este pueblo encantador conocimos una familia con la que convivimos durante tres días...
Te da la sensación de estar en un sitio remoto. No había un horario establecido, tampoco habían prisas ni estrés. El tiempo se detubo y sólo podíamos disfrutarlo
Agarres vírgenes, libres de magnesio y con algo de tierra te rrecuerdan que no ha subido mucha gente.
Decidimos ir al desierto y viajar hasta tarde, pero el cohe quedó encallado en un río y, a pesar de que alguien se ofreció a ayudarnos no pudimos sacarlo y nos tocó pernoctar y esperar a ver si con la luz del sol alguien...
...efectivamente, alguien nos ayudó, aunque nos costara desechar una cuerda de escalada
Las dos ruedas delanteras pinchadas al cortarse la válbula con las piedras del río. Y, ahora qué?
Nos llevaron en camión al pueblo mas cercano no sin antes haber tenido problemas con las piedras sueltas del camino. Ahora nos tocaba ayudar.
Servicio inmediato en el taller.
Un té nos vendría bien para descansar, pues los acontecimientos sucedían uno tras otro.
Las ruedas íban en el techo.
El desierto fué la siguiente página. Dos días con camellos nos llevaron hasta el desierto negro en la misma frontera con Argelia.
Cómo puede vivir aquí la gente?
Al salir del desierto rumbo a las gargantas del Todra.
Thinerir. En este pueblo encantador conocimos una familia con la que convivimos durante tres días...
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